viernes, octubre 19, 2007

Mi vida en un microfilm

No creo en un todopoderoso girando la manilla y proyectado, uno a uno, los episodios vividos. Tampoco soy dueña de los días pasados, intervengo a lo sumo, pero control sobre la manecilla, nada. ¿Quién lo controla?

Podría (n) dejar de girarla. - suplico con la vista pérdida -. Paren un segundo para asimilar, asumir y vivir cada cuadro. No aceleren el rodar. Nauseabunda miro con un ojo entre abierto y con los pies bien pegados al piso, haciendo el amague del ebrio al encontrar su cama… pasaron, pasaste, pasó y no me di cuenta.

¿Cuántos litros de lágrimas he derramado. Desde el grito neonatal, hasta la gota deslizada en silencio hace dos noches?

¿Cuántos abrazos, besos, caricias y miradas extraviadas he expresado? Incluyendo aquella indecorosa que intento borrar, y a cada intento, la perennidad se transforma en su secuaz.

Podría (n) detenerse en segundo, para contemplar el cuadro fúnebre de mi abuela exhalando el último aliento en mi rostro. Aroma a muerte, aroma a vida, aroma a amor incondicional.

Ahora avance (n) raudo, eso no lo quiero volver a ver, los malos recuerdos son indelebles, y las risas, sólo ecos de la montaña construida de fracciones de segundo acumulados por años, heredados del humor de familiares que en cada salud brindaron por el futuro de desconocidos sobrinos, nietos, hijos y primos.

¿Cuántos pasos he caminado?

¿Cuántos pasos fallidos terminaron en el suelo? Rodillas peladas, sueños derruidos, pasos en falso, y ese que aún no atrevo a dar.

¿Cuántas veces he visto mi relejo en tus ojos? Eso sí lo se, pero cada día son menos.

Pare (n)!!!!!!!. Dejemos stand by. Permita (n) disfrutar la última foto familiar, en la foto parecemos más sonrientes, el blanco es brillante, los rojos intensos y el azul más profundo. Prefiero creer en la felicidad de ese cuadro.

El rollo continúa, la manija sigue girando. Y aún debo revisar 312 microfilms de revistas de cine, en qué iba????.

miércoles, octubre 17, 2007

Váyase al cuerno!!!



Cada loco peina a su muñeca en particular.

Toda idiota termina idiotizándose de sí mismo.

Los exigentes padecen úlceras,

El indeciso se come las uñas.

Y las superwoman toman ravotril.

Un desperdicio, el tiempo pasó y siguen intentado tener una actitud añeja enraizada en el “todo tiempo pasado fue mejor”. Lo asumo, he sido una feligresa de esa frase, que lejos de aburrirme, hastió!!!.

No debemos porque soportar sonrisas cínicas, mensajes entre líneas, caras de culo gratuitas, y tratar de imaginar, utilizando toda la creatividad socavada por años de ingerir sustancias dañinas para la corteza cerebral, el qué, cómo, y cuándo pasó lo que supuestamente los tiene extraños, alejados e inteligibles.

De vez en cuando es bueno alejarse, estar sola, no mirar a terceros y enfocar las energías en uno. Sí, disfrutar del egoísmo y egocentrismo, más aún cuando el despojado nihilismo se transforma en un concepto clave para entendernos. Durante años he intentado hacer lo correcto, no me aventuro en riesgos innecesarios, controlo las variables de riesgos, la suerte nunca fue aliada y cumplo lo prometido, aunque muerda los dientes para hacerlo.

Pero, ahora no. Sigan con sus vidas y hagan lo que les plazca con ellas. Hoy me interesan menos que ayer, e indudablemente, muchísimo menos que mañana. Tal vez, en el peor de los casos comenta un terrible error, y en realidad, eso no preocupa, porque siempre he sido la primera en reconocer los errores. No temo pedir disculpas, y reconozco que el porcentaje de aciertos disminuye con el tiempo.

La experiencia emocional se ha estancado, demasiado estable, al interior de la inestabilidad de los otros factores que componen mi vida. Así es que damas y caballeros.

Guarden sus muñecas despelucadas.

Compren esmalte para no comerse las uñas.

Deje el mal humor para cuando valga la pena.

Y… chao pescado y huevo para la sopa.

Hoy no quiero entenderlos.