Producto de la cantidad de sismos que han mantenido alerta a todos ante el más mínimo remezón, me han propinado un gran: “Cállate”, porque sin medir las consecuencias de las palabras, algo muy, pero muy usual en quien escribe esbocé un gran: “Debiera terrmotear luego, en vez de estar urgidos por pequeños temblores”.
jueves, diciembre 20, 2007
Preparados , listos y mejor que ayer
lunes, diciembre 10, 2007
DETALLES
Momentos únicos en la vida que ocurrieron sin que los esperáramos, momentos en que todo pareció claro, en que pudimos ser íntegros, totales, sentirnos vivos en una intensidad no conocida. Momentos en que toda la confusión desapareció y nos vimos con total claridad.
Instantes largos o fugaces en que hemos podido Ser, en paz, en coherencia, en total certidumbre y expresión. Certidumbre, significado esquivo por estos días en que la inestabilidad emocional, laboral, y racional naufragan en incógnitas.
Todo se transformó, el mundo cobró encanto y se me reveló la cara oculta de las cosas. Pude ver el brillo y la dignidad de vivir, entender que el ahora es inigualablemente mejor que el mañana, y el pasado, sólo un buen o mal recuerdo.
No se trata sólo de solazarse con momentos agradables (lo cual ya es válido en sí) o encantadores, sino que de despertar a otra visión, una donde los excesos, sobre estímulos, la permanente ansiedad por tener más y más cosas. Las experiencias ya no constituyen los espejismos que conducen nuestro vivir, sino la simplicidad, la sensibilidad, la sutileza, la comprensión que aparecen naturalmente cuando acallamos el rollo mental que no nos permite valorar lo sencillo y escuchar los mensajes internos.
Entonces es cuando todo lo que parecía insignificante cobra relevancia: el gesto, la palabra, la respiración, la luz que cae sobre un objeto, el alimento, el escuchar y hablar, todo, hasta los más mínimos detalles se vuelven significativos; porque la claridad de una nueva consciencia los alumbra y ya no necesitamos nada extraordinario en nuestras vidas porque todo, hasta lo más cotidiano, se ha transfigurado.
Ayer lo llamé conformismo, hoy tranquilidad.
miércoles, diciembre 05, 2007
Hermanas
Pobre odiosa, pobre famélica vida que le tocó vivir. Entre los ruidos de las tazas en la hora del te, untó la mantequilla endurecida, mascó un pan integral y prendió un cigarrillo, siempre se puede alimentar y cagar al cuerpo de una vez, para qué esperar, para qué hacer lo correcto, sí la suerte está echada, y salvo ganar un camión goliat a los cuatro años, eventos afortunados no hubo.
El teléfono sonó. Sin apuros ni expectativas, entre bocanadas de humo contestó.
La curiosidad mató al gato, y así como iba, una longeva vida sin sobresaltos le esperaba. Noticias buenas o malas daban igual, seguro un número equivocado, alguien haciendo una encuesta o publicidad engañosa diciendo: Ud ha ganado un viaje al caribe, sólo debe darnos el número de su tarjeta de crédito, comprobar el cupo de su débito y listo, pero como no tenía tarjeta de ningún tipo, eso tampoco importaba.
Y los amigos dejaron de llamar hace tiempo, el mismo día en que cometió el error cerrarles la puerta en sus caras por enésima vez, y de paso decirles lo poca importancia de sus existencias.
- Soy tu hermana, necesito hablar contigo.
- Y para qué, no creo que debamos hablar, no nos hace bien.