martes, noviembre 07, 2006

....desde los jacarandás en flor


Día X

Sentada en un restaurante en pleno centro de Córdoba, acompañada por un gran churrasco primavera, mientras el sofocante calor húmedo arremete contra los esbeltos transeúntes inmutables por su clima, falta me hace poder compartir la mitad con él cómplice gustoso de recibirme. Ese él, es protagonista central de mi historia, nudo de conflicto, desenlace inesperado, banda sonora, el todo que es la mitad de lo que soy.

Luego de pasar dos días pésimos, intoxicada por el afán sibarítico despojando a mis entrañas de todo jugo gástrico me siento feliz, mas incompleta por la carencia de apapachamiento. No niego el disfrute, pero la certeza indica que el crecimiento sería exponencial de tener la presencia del coprotagonista.

Bien cagada estoy, en una cuidad preciosa, con gente hermosa, amable y bella, museos, conciertos, librerías por doquier, y sigue faltando la perfección. La perfección de compartir experimentado emociones, climas, sabores, aromas, colores nuevos.

Día Y

Esta tarde anduvo mejor, la lluvia dejó una cálida brisa envolvente invitando formalmente a bajarse del taxi y caminar. He caminado todo, de extremo a extremo, y los pies hinchados obligan a descansar emergiendo estas líneas que desde un escaño pedregoso teatral se irgue ante un horizonte de jacarandá en flor. Hermoso, es poco, fascinante púrpura arrebolado con el azul del despejado cielo que hace un rato cubrió el suelo de piedras de hielo. Es cierto, con 30º de temperatura graniza, demasiado para un cerebro dado a las emociones del hemisferio diestro, y a la poca lógica del siniestro. Suena taxativo,y es intencional.

Pocas veces estoy sola. La melancolía me inunda hasta en la fila de un banco con decenas de desconocidos automatizados con la esperanza de terminar primero que el anterior. La angustia corroe el alma, como la película de Rainer Werner Fassbinder no me gusto pero se ajusta el nombre, cuando la soledad inunda mis venas paralizando el tiempo. Esta vez fue diferente. Reconozco lo solitario del paisanaje aledaño, y pocas veces me sentí acompañada estando así. Esta vez estuve en paz y feliz en compañía de TODOS en un par de minutos indelebles, únicos, mágicos. Entendí por fin, que jamás estuve sola. Estuve contigo, con él , con ella y YO.

3 comentarios:

CHRISTIAN COFRÉ dijo...

Fuerte, muy fuerte, creo que el cierre es magistral, las lagrimas asoman a mis ojos, fruto de la emoción de leer el yo final.

Vas por el camino hacía la iluminación.

MagnoliaNegra dijo...

gracias por animarte a visitarme, y es verdad ese viaje fue muy bueno para mi.
besos

Anónimo dijo...

What are you talking about?
If you can explain...I WILL VISIT YOUR BLOG AGAIN!!!